Autoridad/Respeto; Paidocentrismo/Logocentrismo    

 

 

El otro día surgió en clase un tema de debate que planteaba varias cuestiones: ¿Qué debe conseguir un maestro, el respeto de sus alumnos o tener autoridad sobre ellos? Es más, ¿puede darse el respeto por parte de éstos sin que el maestro tome  una postura autoritaria? ¿entre estás 2 posturas, cuál suele darse más hoy en día? ¿Qué relación guardan con los términos paidocentrismo/logocentrismo?

Iremos por orden. Contestando a las dos primeras preguntas simultáneamente diremos que conseguir el respeto de todo el grupo de alumnos es algo que es bastante difícil pero que con trabajo y sin tener que imponer la autoridad por ser el maestro y ser el que “manda”, se puede conseguir. Está claro que una vez conseguido eso todas las relaciones y todo el proceso de enseñanza entre mestro y alumno va a ir por un camino mucho más llano y con muchos menos obstáculos que hagan tener dificultades y retrasar el cumplimiento de los objetivos marcados.

Sin duda alguna nuestra opinión es que ni mucho menos uno tiene que imponer su autoridad frente a sus alumnos para ganarse su respeto. La razón es muy simple. En toda relación basada en el respeto, obligatoriamente debe haber una equidad entre los dos sujetos. En el momento que se equidad se va desequilibrando a favor de una de las partes, el respeto entre éstos irá decreciendo. Todo esto se traduce en el ámbito educativo en el momento en que un profesor escucha la opinión de su alumno, conoce lo que le gusta, conoce lo que no le gusta, sabe lo que hace bien y hace mal, lo que le cuesta más y le cuesta menos. Es entonces cuando ese docente debe darle una respuesta y una enseñanza acorde con todo eso. Si, por el contrario, se tomara una postura autoritaria en la que yo enseño lo que quiero, como quiero y al ritmo que quiero seguramente la respuesta que esperamos de nuestros alumnos no va  a ser tan positiva y provechosa.

En nuestra opinión creemos y, sobre todo, queremos creer, que la educación actual está basada en ese tarto de igualdad por parte de estos dos agentes, que los dos compartan ese protagonismo e incluso otorgarles a ellos la mayor parte de ese protagonismo ya que el aprendizaje de un sujeto es algo suyo, del que debe ser el gran participe, el que debe sentirse bien con uno mismo cuando hace lo que le gusta y lo hace bien. Creemos que no estamos tan mal como dicen los informes, y como más de una vez ha dicho nuestro profesor Juan Manuel: _ “hay mucha gente comprometida, que está innovando, que está haciendo las cosas bien y, lo más importante, que está dispuesta a ofrecerse y a ayudar para seguir creciendo”_ .Y está claro que todos tenemos que cooperar para que esto se cumpla.

Por lo tanto, este tema nos lleva a la última cuestión que hemos planteado: la relación que guarda con los términos paidoncentrismo/logocentrismo. En coherencia con nuestra forma de pensar nos decantamos claramente por una enseñanza logocentrista, en la que el alumno es el gran participe y protagonista de su propio proceso, y el maestro un cooperador, un guía, una mano que siempre va a estar tendida.